La motivación que depende de recompensas externas, como el alabo, las pegatinas o el dinero se
conoce como motivación extrínseca. Cuando un niño o niña se halla motivado extrínsecamente, la
recompensa viene de fuentes externas al niño. La recompensa la proporciona alguien más, y tiene que
ser aplicada lo suficientemente seguido para que el niño se sienta motivado a continuar la actividad. Es
difícil mantener la actividad que se sostiene extrínsecamente porque la motivación extrínseca depende
de alguna fuerza externa.